Galletas de limón

Hoy vamos a preparar unas deliciosas galletas de limón fáciles de hacer, pues solo tendremos que mezclar los ingredientes, formar una masa y transformarla en bolitas que luego en el horno, se convertirán en deliciosas galletas.

El resultado son unas galletas caseras de limón de sabor suave y muy tiernas por dentro. Así que vete preparando los ingredientes que te muestro a continuación y conecta el horno porque vamos a empezar!!

Receta de galletas de limón

Información de la receta

• Cantidad: 12 galletas
• Calorías por ración (kcal): 310
• Tiempo de preparación: 10 minutos
• Tiempo de congelación: 30 minutos
• Tiempo de cocinado: 20 minutos
• Tiempo total: 1 hora
• Tipo de cocina: Internacional
• Categoría: Desayuno

Ingredientes necesarios

• 150 gr de harina de trigo
• 50 gr de mantequilla sin sal
• 60 gr de azúcar
• 7 gr de levadura química Royal
• 1 huevo
• 40 ml de zumo de limón
• Ralladura de un limón
• Azúcar glass
• Sal

Preparación

Precalentamos el horno a 180º C con calor arriba y abajo. Mientras el horno se calienta, agregamos en un recipiente la mantequilla junto con el azúcar y batimos con las varillas hasta que la mantequilla se vuelva de color blanquecino.

Añadimos el huevo y batimos hasta integrarlo completamente. Vertemos el zumo de limón y batimos hasta integrarlo. Agregamos la harina y la levadura química previamente tamizadas, junto con la ralladura de limón y una pizca de sal.

Removemos todo hasta que obtengamos una masa homogénea. Envolvemos la masa en papel transparente y la guardamos en el congelador durante 30 minutos.

Dividimos la masa en porciones más o menos iguales. A mi me han salido 12 porciones y he utilizado una báscula de cocina para pesarlas, pero también lo podemos hacer a ojo.

Con cada una de las porciones formamos bolitas con las palmas de las manos. Da un poquito de rabia porque las manos quedan bien pringadas, pero créeme que merece la pena.

Seguidamente pasamos todas las bolitas por el azúcar glass hasta que todas queden bien impregnadas. Iremos colocando todas las bolitas sobre una bandeja apta para el horno con bastante separación entre ellas, ya que en el horno las galletas se hincharán.

Metemos la bandeja en el horno al punto de altura más bajo y horneamos durante 15-20 minutos dependiendo si te gustan menos o más crujientes. Sacamos las galletas de limón del horno y las ponemos sobre una rejilla hasta que se enfríen por completo.

Trucos para unas galletas de limón perfectas

Si tu horno solo tiene calor por abajo, es importante introducir la bandeja con las galletas de limón a una altura media, ya que si la dejamos a una altura baja las galletitas de limón se pueden llegar a quemar.

El rebozado en azúcar glass es el punto característico de estas galletas, ya que rompe la acidez del limón con cada bocado que le das. Si quieres prepararlas con un acabado de relleno, te aconsejo una la crema de lemon curd, una crema de limón que va perfecta con este tipo de pastitas.

Estas galletas de limón y mantequilla son perfectas para acompañar nuestro café con leche por las mañanas o incluso para la merienda. Para conservarlas solo las tenemos que meter en una bolsa alimentaria y así durarán 3-4 días como si estuvieran recién hechas.

Otras recetas de galletas que te recomiendo

Si eres amante de las galletas caseras, en este recetario encontrarás una gran variedad, muy fáciles de hacer y con sabores diferentes, para todos los gustos, a continuación te enseñamos varias opciones:

Las pepas caseras son esas galletitas de manteca que llevan en el centro un poco de dulce de membrillo. A mi me encantan para la hora del café o simplemente para matar el gusanillo en cualquier momento del día.

Para los mas golosos tenemos la opción de las galletas de Nutella, que aunque hay varias formas de hacerlas, yo prefiero las que están rellenas con esa deliciosa crema de cacao, pues cuando las muerdes con los dientes resultan toda una explosión de chocolate en la boca.

Como última recomendación de hoy tengo las galletas de chocolate blanco, una auténtica tentación difícil de contener, pues quedan crujientes por fuera y tiernas por dentro, siendo todo un placer encontrarnos con esos trocitos de chocolate blanco en su interior.