Rosquillas de naranja, receta tradicional de la abuela
Las rosquillas de naranja son una receta fácil y tradicional que deleitará a todos los amantes de los dulces. Su preparación no requiere de habilidades culinarias avanzadas y los ingredientes necesarios son fáciles de encontrar.
Las rosquillas de naranja son un delicioso dulce típico de la repostería española. Estas suaves y esponjosas rosquillas son perfectas para disfrutar en cualquier momento del día, ya sea en el desayuno, la merienda o como postre. Su exquisito sabor a naranja y su textura irresistible las convierten en una verdadera tentación para los amantes de los dulces.
Son especialmente populares durante las festividades de Semana Santa, pues en esta época del año, es común encontrar puestos de venta ambulante en las calles y plazas de las ciudades, donde se venden todo tipo de dulces tradicionales, incluyendo las deliciosas rosquillas de naranja.
La receta en sí es bastante sencilla y muy similar a las rosquillas con leche condensada que hicimos la semana pasada, y de igual forma, también son muy adictivas, pues es ponerlas encima de la mesa y enseguida desparecen como por arte de magia.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Información de la receta
- Raciones: 4 personas
- Calorías por ración (kcal): 290
- Tiempo de preparación: 20 minutos
- Tiempo de cocinado: 10 minutos
- Tiempo total: 30 minutos
- Tipo de cocina: española
- Categoría: dulces
Ingredientes de las rosquillas de naranja
- 2 tazas de harina de trigo
- ½ taza de azúcar
- 2 huevos
- ½ taza de aceite de girasol
- Ralladura de 2 naranjas
- Jugo de 1 naranja
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 1 pizca de sal
- Aceite para freír
- Azúcar para espolvorear
Cómo preparar rosquillas de naranja
En un bol grande, mezcla la harina, el azúcar, el polvo de hornear y la pizca de sal. Haz un hueco en el centro de la mezcla para agregar los ingredientes líquidos.
En otro recipiente aparte, bate los huevos y añade el aceite, la ralladura de naranja y el jugo de naranja. Mezcla bien hasta obtener una mezcla homogénea.
Vierte la mezcla líquida en el hueco que hiciste en el bol con los ingredientes secos. Mezcla todo hasta obtener una masa suave y sin grumos.
Amasa la masa en una superficie enharinada durante unos minutos, hasta que esté elástica y fácil de manejar. Si la masa está demasiado pegajosa, puedes agregar un poco más de harina.
Forma pequeñas bolitas con la masa y haz un agujero en el centro de cada una para darles forma de rosquillas.
Calienta suficiente aceite en una sartén profunda a fuego medio-alto. Asegúrate de que el aceite esté lo suficientemente caliente antes de freír las rosquillas. Puedes hacer una prueba dejando caer un pequeño trozo de masa en el aceite; si se dora rápidamente, el aceite está listo.
Fríe las rosquillas en lotes, asegurándote de no sobrecargar la sartén. Cocina cada lado durante aproximadamente 2-3 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes.
Retira las rosquillas del aceite y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de grasa. Espolvorea generosamente con azúcar antes de que se enfríen por completo.