Kifli, receta tradicional de un panecillo de Europa del Este

El kifli también conocido como kipferl, es un panecillo tradicional de Europa del Este, especialmente popular en países como Hungría, Rumania y Serbia. Su origen se remonta a la época del Imperio Austrohúngaro, cuando los panaderos locales comenzaron a experimentar con diferentes formas y sabores de pan.

Se caracteriza por su forma de media luna, similar a un croissant, y su masa suave y esponjosa. Suele estar hecho con harina, levadura, sal, azúcar y grasa (como mantequilla o manteca de cerdo), aunque algunas variantes también pueden incluir huevos o leche.

El proceso de preparación del kifli tradicional es similar al de otros panes, aunque requiere un poco más de tiempo debido a los pasos de amasado y fermentación. Primero, se mezclan los ingredientes secos y se añaden los líquidos para formar una masa homogénea. Luego, se amasa durante unos minutos hasta que la masa esté suave y elástica. Después, se deja reposar y fermentar durante al menos una hora, hasta que la masa haya duplicado su tamaño.

Una vez que la masa ha fermentado, se divide en porciones más pequeñas y se forma cada una en una media luna. Estas formas se colocan en una bandeja de horno y se hornean a una temperatura alta durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes por fuera.

Este tipo de panecillo se puede disfrutar tanto caliente como frío. Tradicionalmente, se consume como acompañamiento de platos principales, como sopas, estofados o carnes. También se puede servir como aperitivo o merienda, acompañado de mermeladas, quesos o embutidos.

Información de la receta

• Cantidad: 16 unidades
• Calorías por ración (kcal): 266
• Tiempo de preparación: 20 minutos
• Tiempo de reposo: 1 hora y 20 minutos
• Tiempo de cocinado: 20 minutos
• Tiempo total: 2 horas
• Tipo de cocina: húngara
• Categoría: panecillos

Ingredientes para los kifli húngaros

• 750 gr de harina de trigo
• 320 ml de agua tibia
• 180 ml de leche tibia
• 100 gr de yogur natural
• 50 gr de mantequilla derretida
• 3 cucharaditas de levadura seca activa
• 1 cucharada de azúcar
• 1 clara de huevo batida
• 60 ml de aceite de oliva
• Semillas de amapola (opcional)
• 2 cucharaditas de sal

Cómo preparar kifli

Comenzamos mezclando en el recipiente de la amasadora, la harina con el azúcar y la levadura. Formamos un hueco en el centro, donde añadiremos una mezcla que habremos hecho previamente con el agua, la leche, el aceite y el yogur.

Amasamos utilizando el accesorio de gancho durante unos 3 minutos a velocidad baja. Seguidamente, aumentamos la velocidad a media y añadimos la sal. Amasamos durante 5 minutos a la misma velocidad.

Paramos la amasadora y dejamos que repose la masa durante 5 minutos. Luego, volvemos a amasar otros 5 minutos hasta conseguir una masa firme.

Colocamos la masa sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada y amasamos con las manos un par de minutos, formamos una bola y la introducimos en un bol, cubrimos con un paño limpio y dejamos reposar durante una hora o hasta que duplique su volumen.

Transcurrido ese tiempo, dividimos la masa en dos partes mas o menos iguales, estiramos cada una de ellas con el rodillo hasta formar círculos de unos 45 cm de diámetro, y con un cortador de masa, cortamos cada uno de ellos en 8 partes iguales en forma de triángulos.

Enrollamos cada triángulo empezando por la parte ancha, terminando por la punta, y formando medias lunas, las cuales iremos colocando separados, sobre una bandeja apta para el horno y previamente forrada con papel de hornear.

Cubrimos con un paño de cocina limpio y dejamos reposar durante 20 minutos. Mientras tanto, precalentamos nuestro horno a 200º C con calor arriba y abajo.

Transcurrido ese tiempo, pincelamos los kifli con clara de huevo batida, espolvoreamos por encima un poco de sal y semillas de amapola, y acto seguido, introducimos la bandeja en el horno durante 15-20 minutos o hasta que se doren.

Sacamos del horno, cubrimos con un paño durante 10 minutos y luego, ya podemos probar nuestros kifli acompañando un café con leche o rellenándolos con ingredientes dulces o salados.