Simit, el pan turco esponjoso por dentro y crujiente por fuera

El simit turco es un pan con forma de rosquilla que se originó en Turquía y su popularidad se ha extendido por todo el mundo. Es conocido por su apariencia única y por estar cubierto de semillas de sésamo.

Simit

El simit es un delicioso pan en forma de rosquilla que se originó en Turquía. Es uno de los alimentos más populares en el país y se ha convertido en un símbolo de la cultura turca. De hecho, se ha vuelto tan popular que se puede encontrar en casi todas las ciudades turcas, así como en muchos otros países de todo el mundo.

El simit tiene una apariencia única y distintiva. Es redondo y con un agujero en el centro, similar a una rosquilla grande. Su exterior está cubierto de semillas de sésamo, que le dan un sabor y una textura crujiente. El interior del simit es suave y esponjoso, lo que lo hace perfecto para disfrutarlo solo o con una variedad de acompañamientos.

La historia del simit se remonta a varios siglos atrás. Se cree que el pan se originó en el Imperio Otomano, durante el período otomano. Durante este tiempo, el pan era un alimento básico en la dieta turca y se consumía a diario en todas las comidas. El simit se hizo popular porque era asequible y fácil de hacer, y se convirtió en una opción popular para el desayuno o como merienda durante el día.

Información de la receta

  • Raciones: 4 personas
  • Calorías por ración (kcal): 120
  • Tiempo de preparación: 20 minutos
  • Tiempo de fermentación: 1 hora
  • Tiempo de cocinado: 20 minutos
  • Tiempo total: 1 hora y 40 minutos
  • Tipo de cocina: turca
  • Categoría: panes

Ingredientes del simit

  • 500 gr de harina de trigo
  • 7 gr de levadura seca
  • 1 cucharadita de azúcar
  • 1 cucharadita de sal
  • 250 ml de agua tibia
  • 1 huevo
  • 100 gr de mantequilla derretida
  • 200 gr de sésamo

Cómo preparar simit

En un bol grande, mezcla la harina, la levadura, el azúcar y la sal. Haz un hueco en el centro y agrega el agua tibia. Mezcla bien hasta obtener una masa homogénea. Amasa la masa sobre una superficie ligeramente enharinada durante unos 10 minutos, o hasta que se vuelva suave y elástica.

Cubre la masa con un paño húmedo y déjala reposar en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, o hasta que haya duplicado su tamaño.

Una vez que la masa haya fermentado, divídela en pequeñas porciones y forma tiras largas de unos 30 cm de largo. Une los extremos de cada tira para formar una rosquilla, presionando firmemente para que se sellen bien.

Precalienta el horno a 200°C. En un tazón pequeño, bate el huevo. Pincela cada rosquilla con el huevo batido y luego espolvorea con sésamo, asegurándote de que queden bien cubiertas.

Coloca las rosquillas en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y hornea durante unos 20 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes.

Mientras las rosquillas se hornean, calienta la mantequilla en una sartén grande. Una vez que las rosquillas estén listas, pincela con la mantequilla caliente, asegurándote de que queden bien cubiertas por todos los lados. Déjalas enfriar sobre una rejilla antes de servirlas, colocando una bandeja debajo para que escurran bien la mantequilla sobrante.

Simit

Resumen fácil de la receta

  1. Mezclar en un recipiente la harina, levadura, azúcar y sal.
  2. Verter el agua tibia y mezclar bien.
  3. Trabajar la masa sobre una superficie enharinada durante 10 minutos.
  4. Formar una bola, cubrir con un paño húmedo y dejar fermentar durante una hora.
  5. Dividir en porciones y formar tiras de 30 cm, unir los extremos y formar rosquillas.
  6. Colocar en la bandeja del horno sobre papel sulfurizado y pincelar con huevo batido.
  7. Espolvorear las semillas de sésamo y hornear con el horno precalentado a 200º C durante 20 minutos.
  8. Pincelar con mantequilla derretida y dejar escurrir sobre una rejilla hasta que se enfríen.

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