Tarta de arándanos
Fácil de hacer y sin tener que encender el horno. Son dos de los motivos por los que esta tarta de arándanos me gusta tanto. Y si ya hablamos del resultado, es tremendamente delicioso. Simplemente te diré una cosa, no deberías perdértela.
Hacer una tarta de arándanos sin encender el horno es bastante sencillo y lo único que necesitaremos es un molde y unas cuantas horas de refrigeración. La preparación es básicamente la misma que la de otras tartas similares como la tarta de queso o la deliciosa tarta mouse de fresas.
Todas ellas tienen en común que su base está hecha con galletas trituradas con mantequilla, de esta forma, cuando se enfría en la nevera coge cierta consistencia y así la tarta no termina desmoronándose. Por otro lado, el relleno siempre tiene un ingrediente mágico como es la gelatina, la cual hace de espesante a la vez que permite cierta firmeza.
En esta ocasión te traigo una receta de tarta de arándanos fácil, un postre estupendo que se sirve fresquito y que va muy bien para culminar cualquier tipo de comida o cena.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Información de la tarta de arándanos
- Raciones: 4 personas
- Calorías por ración (kcal): 245
- Tiempo de preparación: 25 minutos
- Tiempo de refrigeración: 8 horas
- Tiempo de cocinado: 5 minutos
- Tiempo total: 8 horas y 30 minutos
- Tipo de cocina: americana
- Categoría: postres
Ingredientes de la tarta de arándanos
- 600 gr de queso cremoso (Philadelphia)
- 400 ml de crema de leche o nata líquida
- 250 gr de mermelada de arándanos
- 160 gr de galletas María
- 85 gr de gelatina de limón
- 70 gr de mantequilla
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 puñado de arándanos (opcional)
- 1 vaso de agua
En esta ocasión he utilizado una receta casera para hacer la mermelada de arándanos, pero también se puede utilizar la que más te guste de las que venden en el supermercado.
Cómo preparar tarta de arándanos
Comenzamos por preparar la base de la tarta, para ello y como se hace en casi todas las tartas de este tipo, trituramos bien las galletas María hasta dejarlas casi en polvo.
Añadimos la mantequilla, la cual tiene que estar derretida para que nos cueste mucho menos incorporarla. Mezclamos todo bien y ponemos la mezcla en el molde donde vamos a preparar la tarta (puedes comprarlo aquí).
Extendemos la mezcla de galleta por toda la base, haciendo un poco de presión con la parte trasera de una cuchara y dejándola lo más lisa y compacta posible. Introducimos el molde en la nevera mientras que continuamos con la preparación.
Ponemos a calentar el agua en un cazo a fuego medio. Mientras tanto, mezclamos bien la nata líquida, el azúcar y el queso cremoso en un bol hasta crear una crema de queso homogénea.
Cuando el agua esté a punto de llegar a ebullición, retiramos el cazo del fuego, añadimos la gelatina y removemos bien hasta que se disuelva por completo.
Dejamos que se enfríe un poco (hasta que no queme) y vertemos la gelatina diluida en el recipiente de la crema de queso, poco a poco y mientras vamos mezclando hasta integrarla bien.
Vertemos la mezcla en el molde de la tarta, por encima de la galleta poco a poco y con cuidado para que no se desmorone la base de galleta.
Tapamos con film transparente y metemos la tarta en la nevera durante por lo menos 8 horas, aunque a mí me gusta tenerla todo un día, así queda mucho más compacta.
Transcurrido el tiempo indicado, distribuimos la mermelada por encima de la tarta. Si está demasiado espesa, ponla en un recipiente junto con un par de cucharadas de agua y seguidamente, calienta 15 segundos en el microondas y mezcla para que se disuelva un poco y se haga más líquida.
Si tienes arándanos y te apetece, puedes colocarlos por encima de la mermelada a modo de decoración, justo antes de volver a introducir la tarta en la nevera hasta el momento de consumirla. Buen provecho!!