Huesos de Santo, una receta tradicional para la celebración del Día de Todos los Santos
Para celebrar el Día de Todos los Santos, hay un dulce que no puede faltar en nuestra mesa, hablamos de los Huesos de Santo. Unos cilindros de mazapán rellenos con crema de huevo y que están tan ricos que hasta son adictivos.
Los Huesos de Santo es un dulce español que se ha hecho muy popular en la celebración del Día de Todos los Santos, de hecho, cuando se aproxima la fecha de esta fiesta y en plena recolección de la almendra, podemos encontrarlos en prácticamente todas las pastelerías distribuidas por todo el país.
Tienen una forma alargada de unos 7 cm de longitud y básicamente son unos cilindros de mazapán rellenos con crema de huevo. La receta que te muestro hoy es la tradicional que se hacía hace muchos años y que ha ido pasando de generación en generación.
La receta, aunque a primera vista puede llegar a parecer algo complicada, no es para nada cierto, pues todo es organizarse para hacer el mazapán primero y hacer los canutillos, después la crema de huevo y por último, rellenar los canutillos con la crema. Bastante sencillo ¿no?
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Información de la receta
- Raciones: 4 personas
- Calorías por ración (kcal): 360
- Tiempo de preparación: 30 minutos
- Tiempo de cocinado: 10 minutos
- Tiempo de reposo: 9 horas
- Tiempo total: 9 horas y 40 minutos
- Tipo de cocina: española
- Categoría: dulces
Ingredientes de los huesos de Santo
- 250 gr de almendra cruda molida
- 7 huevos
- 475 gr de azúcar
- 150 ml de agua
- 175 gr de azúcar glass
- Piel de limón
Cómo preparar huesos de Santo
En un cazo añadimos 200 gr de azúcar, 90 ml de agua y un par de trozos de piel de limón, solo la parte amarilla. Calentamos el cazo a fuego medio, mezclamos y esperamos hasta que comience a hervir.
Cocemos durante 5 minutos y seguidamente, retiramos el cazo del fuego, sacamos los trocitos de limón y esperamos a que se atempere un poco.
En un recipiente mezclamos la almendra molida con el almíbar que acabamos de preparar y hasta que obtengamos el mazapán, una especie de pasta consistente, ligeramente pegajosa pero sin llegar a pegarse en los dedos.
Colocamos el mazapán sobre un papel de hornear y con la ayuda de un rodillo, vamos a estirar la masa hasta obtener un grosor de unos 3 milímetros aproximadamente.
Cortamos la masa en tiras rectas de unos 7 cm de ancho, para ello nos podemos ayudar de una regla y cortarla con un cortador de pizza.
Con la ayuda de un cilindro o un lápiz que tenga un centímetro de diámetro, iremos enrollando una de las tiras de masa para formar los canutillos. Para ello, impregnamos el cilindro con azúcar glass para evitar que la masa se adhiera.
Colocamos el cilindro sobre el extremo de la tira de masa y enrollamos hasta que coincidan los extremos y cortamos con un cúter. Presionamos ambos extremos ligeramente para que queden unidos y sacamos el canutillo, dejándolo ya sobre la bandeja del horno previamente forrada con papel de hornear.
Hacemos la misma operación hasta terminar con todas las tiras de masa y obtener todos nuestros canutillos de mazapán.
Dejamos reposar los canutillos durante 5 horas para que se seque el mazapán y transcurrido ese tiempo, continuamos con el siguiente punto.
Cascamos los huevos y separamos las claras de las yemas, dejando estas últimas en un recipiente que sea apto para el microondas, mientras que las claras las podemos guardar en la nevera o incluso congelarlas para otra ocasión.
Agregamos 100 gr de azúcar y 5 cucharadas de agua sobre las yemas. Mezclamos todo bien con unas varillas y a continuación, introducimos el recipiente en el microondas y cocinamos durante un minuto a máxima potencia.
Sacamos del microondas y volvemos a batir la mezcla enérgicamente, para posteriormente, volver a introducirla en el microondas, pero esta vez, durante 30 segundos a media potencia.
Sacamos de nuevo, batimos y volvemos al microondas, repitiendo la misma operación hasta que nos quede una especie de crema consistente y espesa.
Introducimos la crema en una manga pastelera y dejamos que se enfríe por completo. Mientras tanto, continuamos con la receta.
Añadimos los 175 gr de azúcar que nos queda en un recipiente amplio junto con el azúcar glass y una cucharada de agua. Mezclamos con las varillas y si vemos que hace falta un poco más de agua, agregamos una cucharadita más. El glaseado tiene que quedar espeso pero a la vez fluido, como si se tratase de leche condensada.
Con los canutillos de mazapán ya secos y la crema a temperatura ambiente, vamos rellenando los canutillos con la crema, primero por uno de sus extremos y luego por el otro, reservándolos seguidamente en una bandeja.
Una vez tengamos todos los Huesos de Santo rellenos, pasamos cada canutillo por la superficie de una rejilla, rodándolo y haciendo una ligera presión para que se queden marcadas las ondulaciones que tanto les caracteriza. Este paso es opcional y hay que hacerlo con mucho cuidado para que el canutillo no termine desmoronándose.
Solo queda pasarlos por el glaseado y dejarlos sobre una rejilla para que escurran. Coloca una bandeja debajo de la rejilla para recoger el glaseado sobrante.
Dejamos los Huesos de Santo sobre la rejilla y transcurridas unas 4 horas a temperatura ambiente, ya podemos guardarlos en la nevera hasta que vayamos a consumirlos.
Estos dulces están riquísimos, yo los hago también para Navidad.