Leche condensada
La leche condensada se utiliza en multitud de recetas de repostería, para hacer helados caseros y deliciosos postres. Su elaboración es muy sencilla y se necesitan muy pocos ingredientes, los cuales se pueden conseguir fácilmente. Merece la pena probarla.
La leche condensada es un ingrediente indispensable para la elaboración de muchas recetas de repostería, helados y una extensa variedad de postres caseros.
Tiene su origen en los tiempos que no existía ninguna forma de refrigerar los alimentos, pues de esta manera se conservaba la leche durante largos periodos de tiempo.
Aunque su elaboración requiere de un poquito de paciencia, la receta en sí es bastante fácil, y merece la pena sobre todo por el resultado que nos ofrece.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Información de la receta
- Cantidad: 500 gr
- Calorías por ración (kcal): 750
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo de cocinado: 25 minutos
- Tiempo total: 30 minutos
- Tipo de cocina: internacional
- Categoría: dulces
Ingredientes de la leche condensada
- 2 tazas de azúcar
- 2 tazas de leche en polvo
- 1 taza de agua
- 1 cucharada de esencia de vainilla (opcional)
- 25 gr de mantequilla (opcional)
Cómo preparar leche condensada
Mezclamos bien en una cazuela el azúcar y la leche en polvo. En un cazo calentamos el agua hasta que hierva y seguidamente añadimos la mantequilla, la cual removemos hasta que se derrita completamente.
Vertemos la mezcla resultante y la esencia de vainilla en la cazuela donde tenemos el azúcar mezclado con la leche en polvo y removemos bien hasta que se integre formando una especie de pasta.
Ponemos la cazuela a calentar a fuego medio y vamos removiendo con una cuchara de madera hasta obtener la textura deseada, teniendo en cuenta que cuando se enfríe espesará un poco más. A medida que se vaya cocinando se irá diluyendo, lo importante es no dejar de remover y asegurarnos de que no llegue a hervir.
Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe a temperatura ambiente antes de envasar la leche condensada.
Comentarios y sugerencias
Una vez se haya atemperado la leche condensada ya la podemos introducir en tarros de cristal y conservarla en la nevera.
Si has utilizado la mantequilla, es posible que se forme una pequeña capa de grasa. Para eliminarla solo tienes que utilizar papel de cocina para que la absorba por completo.
Para darle un toque de sabor original a esta receta, se puede sustituir la esencia de vainilla por media cucharadita de canela molida.
Y para hacer una leche condensada casera sin lactosa, solo tendremos que utilizar leche en polvo sin lactosa.