Croquetas de lentejas: una deliciosa receta para disfrutar
Las croquetas de lentejas son una fantástica manera de introducir las legumbres en cualquier dieta familiar. Además estas croquetas veganas son tan fáciles de hacer y tienen un sabor tan agradable para nuestro paladar, que te van a sorprender.
Estas croquetas de lentejas son perfectas para hacer que los peques de casa consuman legumbres, ya que este tipo de alimento suele ser complicado que se lo como así tal cual.
Las croquetas caseras pueden resultar muy prácticas, pues se pueden servir a la mesa como aperitivo, como entrante o incluso para complementar otros tipos de platos.
Y por si fuera poco, esta receta de croquetas fáciles es muy sencilla de elaborar, por lo que no hace falta tener grandes conocimientos culinarios. Si te animas, vamos a comenzar con los ingredientes.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Información de la receta
- Cantidad: 16 croquetas
- Calorías por ración (kcal): 150
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocinado: 30 minutos
- Tiempo total: 45 minutos
- Tipo de cocina: española
- Categoría: aperitivo
Ingredientes de las croquetas de lentejas
- 1 bote de lentejas cocidas
- 2 zanahorias
- 1 cebolla
- 1 patata mediana
- 2 dientes de ajo
- 3-4 cucharadas de pan rallado
- Pimienta negra recién molida
- ½ cucharadita de comino molido
- 1 cucharadita de cilantro picado
- Aceite de oliva
- Sal
Para el rebozado:
- 2 huevos
- Pan rallado
- Harina
Cómo preparar croquetas de lentejas
Primero pelamos la cebolla y los dientes de ajo, seguidamente lo picamos todo bien pequeño. Pelamos y rallamos la patata y las zanahorias. Ponemos las lentejas cocidas en un escurridor y las enjuagamos bien con agua del grifo, luego escurrimos y reservamos.
Calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén a fuego medio. Añadimos la cebolla y los dientes de ajo picaditos y sofreímos durante 2-3 minutos hasta que la cebolla se reblandezca.
Incorporamos las zanahorias y la patata rallada junto con ¼ de vaso de agua. Bajamos el fuego a suave y cocinamos durante 15 minutos removiendo de vez en cuando.
Agregamos las lentejas bien escurridas, pimienta negra al gusto, el comino molido y una pizca de sal. Removemos todo bien durante unos instantes para que se integren perfectamente y retiramos la sartén del fuego.
Volcamos la mezcla en un bol y trituramos todo con la ayuda de la batidora eléctrica. Tendremos que conseguir una textura algo compacta, por lo que no debe de quedar excesivamente triturada.
Añadimos el cilantro picado, el pan rallado, mezclamos bien y tapamos con papel film, tratando de que toque la masa y evitando que se formen bolsas de aire.
Dejamos enfriar a temperatura ambiente durante 20 minutos y seguidamente, empezamos a formar las croquetas con la ayuda de una cuchara y nuestras manos. Esta masa es bastante «pringosa» por lo que tendremos que tener un poquito de cuidado y paciencia para hacerlas.
A medida que vayamos formando las croquetas, las pasaremos una a una por harina, después por huevo batido y por último por el pan rallado. Las iremos dejando sobre una bandeja y hacemos la misma operación hasta terminar toda la masa.
Calentamos abundante aceite de oliva en una sartén o en una freidora y cuando esté bien caliente, comenzamos a freír las croquetas por tandas hasta que veamos que nos quedan doraditas por todos los lados. Iremos dejándolas sobre papel absorbente de cocina para retirar el exceso de aceite hasta que las tengamos todas.
Ahora ya solo queda servirlas a la mesa directamente o dejarlas que se atemperen hasta el momento de degustarlas. Buen provecho!!
Comentarios y sugerencias
Para favorecer la formación de las croquetas, nos podemos untar las manos con un poco de aceite de oliva, así evitaremos en cierta medida que la masa se nos pegue mientras las trabajamos.
El momento perfecto de congelar las croquetas es cuando las tengamos listas para freír, es decir, cuando ya las hayamos pasado por la harina, el huevo y el pan rallado.
Solo tendremos que ponerlas separadas en una bandeja y meterlas en el congelador. Una vez congeladas, ya las podemos guardar en una bolsa especial para alimentos y tenerlas en el congelador un máximo de 3-4 meses.
Cuando las vayamos a utilizar, basta con freírlas en abundante aceite bien caliente y directamente sin descongelar.