Las Bitterballen son una especie de croquetas típicas de la cocina belga y holandesa que están elaboradas a base de carne picada de vacuno, mantequilla, perejil y harina. Su preparación es bastante similar a cualquiera de las recetas de croquetas a las que estamos acostumbrados, aunque eso sí, con alguna pequeña variación.
En Bélgica y como sucede en el resto del mundo con este tipo de platos, se sirven a modo de snack o aperitivo, aunque también podemos encontrarlas de forma combinada con alguna ensalada ligera. De una manera o de otra, lo que sí te puedo asegurar es que están realmente deliciosas.
Y si te animas a probar otras opciones, te puedo recomendar las croquetas caseras de morcilla, las croquetas de coliflor, las croquetas de lentejas o incluso, las croquetas de patata con jamón. Todas ellas son recetas fáciles que se convierten en estupendos aperitivos que los comensales harán desaparecer rápidamente.
Receta de Bitterballen belgas
Información de la receta
- Raciones: 4 personas
- Calorías por ración (kcal): 296
- Tiempo de preparación: 40 minutos
- Tiempo de refrigerado: 8 horas
- Tiempo de cocinado: 30 minutos
- Tiempo total: 9 horas y 10 minutos
- Tipo de cocina: Belga
- Categoría: Aperitivo
Ingredientes necesarios
- 300 gr de carne picada de ternera
- 1 cebolla
- 60 gr de mantequilla
- 60 gr de harina
- 250 ml de caldo de carne
- 2 huevos batidos
- 1 puñado de perejil picado
- Pan rallado
- Pimienta negra molida
- Aceite vegetal
- Sal
Preparación
Calentamos la mantequilla en una sartén a fuego medio hasta que se derrita por completo. Seguidamente, bajamos un punto el fuego y añadimos la cebolla previamente picada, pochamos durante 5 minutos y agregamos la harina.
Cocinamos durante 10 minutos a fuego lento removiendo constantemente hasta que la harina tome color y vertemos el caldo de carne. Mezclamos con unas varillas de cocina hasta conseguir deshacer todos los grumos.
Añadimos la carne picada, el perejil picado, salpimentamos al gusto y cocinamos a fuego lento removiendo durante 5 minutos o hasta que la carne quede bien hecha. Retiramos del fuego y extendemos la mezcla en un recipiente amplio de vidrio. Cubrimos con papel film intentando que no queden bolsas de aire y refrigeramos en la nevera durante 8 horas.
Transcurrido ese tiempo, formamos bolas de aproximadamente un tamaño de pelotas de ping pong y las rebozamos con pan rallado, seguidamente con huevo batido y por último, de nuevo con pan rallado.
Freímos las bitterballen en abundante aceite caliente y por tandas para evitar que pierda temperatura. A medida que vayan quedando doraditas, las iremos retirando sobre un papel absorbente de cocina para retirar el exceso de aceite.
Ahora ya podemos servirlas a la mesa para comerlas calentitas. Normalmente se sirven con alguna salsa para mojar, siendo habitual la mostaza, aunque esto ya es a gusto de cada uno. Buen provecho!!