Albóndigas de pollo con salsa de cebolla

Las albóndigas de pollo en salsa de cebolla era un plato que preparaba mi abuela. Aún recuerdo el amor y dedicación que tenía en la cocina cuando preparaba aquellos platos caseros tan deliciosos.

De entre muchas recetas que rescaté del recetario de mi abuela, se encuentra la receta de albóndigas de pollo cocinadas con una deliciosa salsa de cebolla. Ponte el delantal y vamos a la cocina para prepararlas!!

Receta de albóndigas de pollo en salsa de cebolla

Información de la receta

Raciones: 4 personas
Calorías por ración (kcal): 263
Tiempo de preparación: 25 minutos
Tiempo de cocinado: 35 minutos
Tiempo total: 1 hora
Tipo de cocina: Internacional
Categoría: Carnes

Ingredientes necesarios

• 1 kg de carne picada de pollo
• 2 cebollas
• 3 dientes de ajo
• 2 huevos
• 1 litro de caldo de pollo o verduras
• ½ vaso de vino blanco
• 1 cucharada de pan rallado
• ½ cucharadita de comino molido
• Harina
• Perejil recién picado
• Pimienta molida
• Aceite de oliva
• Sal

El caldo de pollo lo puedes comprar en cualquier supermercado, pero yo te recomiendo que lo hagas en casa siguiendo las indicaciones de esta receta: Cómo hacer un caldo de pollo casero.

Preparación

Ponemos la carne picada en un bol grande junto con los huevos, el perejil, dos dientes de ajo previamente pelados y picados lo más pequeño que podamos. Agregamos también el comino, el pan rallado, una pizca de pimienta molida y otra de sal.

Seguidamente, removemos todo bien primero con un tenedor y luego con las propias manos, amasando hasta que todos los ingredientes queden completamente integrados y obtengamos una masa uniforme.

Con esta masa formamos las albóndigas, las cuales pasaremos por harina que tendremos preparada en un plato. Tienen que quedar bien impregnadas de harina por todos los lados.

Ahora ponemos abundante aceite de oliva a calentar en una sartén y cuando esté bien caliente, agregamos las albóndigas para freírlas hasta que queden bien selladas por fuera. Hay que evitar que se hagan por dentro para que no queden muy resecas al finalizar todo el proceso de elaboración. Seguidamente las escurrimos y las ponemos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Cogemos una sartén ancha y ponemos a calentar un poco del aceite, del mismo que utilizamos para freír las albóndigas. Pelamos y picamos en pequeño el diente de ajo que nos queda y lo añadimos a la sartén.

Cocinamos durante un par de minutos evitando que coja color y añadimos la cebolla previamente pelada y cortada en cubos pequeños. Cocinamos a fuego medio removiendo de vez en cuando durante 10 minutos.

Ahora la cebolla estará blandita y es el momento de incorporar el vino blanco a la sartén. Subimos el fuego a medio-fuerte y continuamos cocinando un par de minutos mas hasta que el alcohol se evapore.

Añadimos el caldo de pollo y seguidamente pasamos todo por la batidora hasta conseguir una salsa con una textura sin grumos.

Calentamos la salsa a fuego medio en la sartén y probamos el punto de sal, rectificando si fuese necesario. Incorporamos de nuevo las albóndigas que habíamos reservado y removemos para que se impregnen bien de la salsa.

Bajamos el fuego a suave y cocinamos durante 10-15 minutos para que las albóndigas terminen de hacerse por dentro. Es importante remover de vez en cuando para que se entremezclen los sabores y no se peguen en la sartén. Ya solo nos queda retirar las albóndigas del fuego, taparlas y dejar reposar durante 3-4 minutos.

Ahora tenemos listas nuestras albóndigas de pollo con salsa de cebolla, así que las podemos servir a la mesa solas o acompañadas de unas patatas fritas como guarnición para completar el plato. Buen provecho!!

Comentarios y sugerencias

Lo bueno que tiene esta receta, es que puedes utilizar los mismos pasos para preparar unas ricas albóndigas caseras, tanto de pollo como de ternera o cerdo, tan solo deberemos cambiar la carne picada por la que más nos guste.

Te recomiendo servir estas albóndigas de pollo caseras con unas cuantas rebanadas de pan, pues la salsita que se genera durante la cocción está para chuparse los dedos y es de esas de «toma pan y moja». Y si además lo complementas con unas patatas asadas al horno, este plato se puede convertir en un verdadero manjar de reyes.

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